Acoge

ACOGE

¿Alguna vez habéis presenciado un abandono?

Se quedan desconcertados por los ladridos y alaridos que les rodean, babeando sin entender qué está pasando.

Cuando alguien los acoge, sus ojos empiezan a recuperar la alegría, en unas poca semanas el cambio es brutal.

Las casas de acogida obran este milagro y nos reconcilian con la vida, con la gente, con el mundo. Es una gran satisfacción ver cómo evolucionan con cariño, respeto y cuidado.

Ser casa de acogida también tiene otra cara. A veces sus inseguridades y miedos hacen que surjan problemas como ansiedad, reactividad... Nunca sabes qué puede pasar. 

Si no estás dispuesto a trabajar estos problemas, si no tienes ni el tiempo, ni la paciencia, ni la disposición... solo pedimos lo mismo que pediríamos a unos adoptantes: NO ACOJAS.

Aún así, ser casa de acogida es maravilloso. Verlos recuperarse y renacer... ¡Eso es darles la vida!

Si quieres ser casa de acogida rellena el siguiente cuestionario con tus datos y nos pondremos en contacto contigo:

CUESTIONARIO

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